La administración de la producción ha evolucionado a través de la historia, pues el hombre se ha dedicado a la producción de bienes y servicios desde hace varios siglos; primero, de manera artesanal; luego, con herramientas tecnológicas. En la siguiente línea de tiempo (figura 2), pueden apreciarse los hitos más importantes que hacen alusión a la evolución de la producción.
De acuerdo con Muñoz (2009), en la transición entre la Revolución
Industrial y la economía basada en el conocimiento, se presentaron
varias etapas:
A continuación, se presenta un resumen de los
acontecimientos más representativos que sucedieron en estas etapas:
La Revolución Industrial inició con la invención de la máquina de
vapor, creada por el inglés James Watt en 1769, que permitió
reemplazar el trabajo artesanal, aunque es conveniente remarcar
que esta revolución también tuvo lugar gracias una variedad de
eventos anteriores, tales como la apertura de canales para la
navegación fluvial, el cercado de tierras y la acumulación de
otros inventos. La máquina de vapor.
El segundo gran avance fue la división del trabajo, que enunció
Adam Smith en su libro Riqueza de las naciones, donde explicó
cómo la división del trabajo permitió una producción más rápida
y económica que la artesanal.
El tercer avance durante este periodo fue el principio de
intercambio de las partes: las partes de diferentes ejemplares
del mismo producto son intercambiables sin alterar el
funcionamiento del producto si se respetan las especificaciones
de diseño
A Frederick Taylor se le considera el padre de la administración científica. Su contribución fue la sistematización del principio de la división del trabajo: estableció que se mejora la eficiencia de un sistema de producción si se estandariza cada uno de los pasos de un proceso productivo, para lo que es necesario estudiar científicamente la mejor manera de llevar a cabo cada uno de estos pasos.
Los principios de la administración científica fueron la base del
desarrollo de técnicas y métodos de producción, pero faltó
considerar otro factor que puede afectar la productividad: la
motivación de una persona para realizar su trabajo.
Se realizaron varias investigaciones sobre el incremento o
disminución de la productividad, hasta que Elton Mayo indicó que
el cambio de productividad se debía a una mayor atención en su
trabajo; luego, profundizó e indicó que el trabajo es una
actividad grupal, que no es simplemente el beneficio monetario
lo que mueve a realizar bien un trabajo, sino que existen
diversos incentivos que motivan a los trabajadores a lograr
incrementos importantes en la productividad.
La investigación de operaciones desarrolló modelos matemáticos
que permitieron resolver problemas de toma de decisiones, una
gran contribución basada en métodos científicos para la
administración (Muñoz, 2009). Estas técnicas fueron aprovechadas
para facilitar la toma de decisiones en los sistemas de
producción.
Un proceso de toma de decisiones se conduce mejor si se
cuantifican sus elementos y las mejores decisiones son las que
se toman racionalmente y con el auxilio de la mejor información
objetiva posible.
Debido al incremento de los competidores, las empresas se vieron
obligadas a buscar una mejor calidad en sus productos.
Si bien es cierto que desde la revolución industrial hasta la
década de los años sesenta, la industria de Estados Unidos asume
el liderazgo en la producción de bienes y servicios, la
aparición de nuevos actores en la economía mundial, que
aplicaron una estrategia de competencia basada en la
flexibilidad de sus métodos de producción y en su preocupación
por la calidad y el servicio al cliente, debilitó el predominio
de la industria de Estados Unidos.
Cuando se habla de economía basada en el conocimiento, se hace
referencia al sector de la economía que genera valor y riqueza a
través de la producción, la distribución y el uso del
conocimiento.
En la última década del siglo XX sucedió una apertura económica
sin precedentes en la historia, que aunada al rápido avance de
las tecnologías de información y comunicaciones, posibilitó la
competencia entre empresas de diversas partes del mundo,
fenómeno que se conoce como la globalización de los mercados. Si
bien la globalización controla los márgenes de utilidad de las
empresas, es cierto que ciertos sectores experimentan utilidades
sin precedentes; este éxito proviene de la venta de productos
con un alto contenido tecnológico, de información o de
conocimiento, por lo que a mediados de los años noventa se
empezó a utilizar el término de economía basada en el
conocimiento para hacer referencia a los sectores más dinámicos
de la economía (Muñoz, 2009, p. 17).
Se debe resaltar que, si bien han pasado varias décadas desde que se lanzaron estas teorías y enfoques, siguen teniendo total validez en la actualidad y aún son referentes para quienes se dedican a los estudios de la administración científica.
A través de la historia surgieron diferentes teorías sobre administración y se desarrollaron diversos enfoques y técnicas para la administración del trabajo. De acuerdo con Vilcarromero (2017, p. 8), sobresalen dos autores, que desde el siglo XIX e inicios del XX, se convirtieron en los principales pensadores de la administración, estos son:
Frederick Winslow Taylor fue un ingeniero industrial y economista estadounidense, reconocido como el padre de la administración científica. Su principal interés fue la elevación de la productividad mediante una mayor eficiencia en la producción y salarios más altos a los trabajadores, a través de la aplicación del método científico. Sus principios insisten en el uso de la ciencia y la cooperación grupales, la obtención de la máxima producción y el desarrollo de los trabajadores (Muñoz, 2009, p. 8).
Autor de tres obras en las que recopila lo relacionado con la administración científica; estas, presentadas en orden cronológico, son: Shop Management (1903), The Principles of Scientific Management (1911) y Testimony Before the Special House Committee (1912).
Henry Fayol fue un ingeniero y gerente de Estambul, considerado como el padre de la teoría administrativa moderna. Fue quien dividió las actividades industriales en seis grupos: técnicas, comerciales, financieras, de seguridad, contables y administrativas; entre las cuales, le dio más énfasis a la enseñanza de la administración. Escribió el libro Administration industrielle et genérale (1966) (Muñoz, 2009, p. 8).