Un objetivo está relacionado con una meta o propósito que pretende ser alcanzado a través de actos, acciones y actividades en un periodo de tiempo determinado a favor del éxito de la empresa.
En términos de clasificación de las empresas, estas se pueden dividir según sus objetivos, ya sean:
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García (1999) señala que la proyección de objetivos financieros es importante porque permite determinar un plan con metas de corto, mediano y largo plazo. Dado que las empresas requieren desarrollar sus actividades con un fin, la mayoría agrupan sus funciones en cuatro categorías o áreas: recursos humanos, mercadeo, producción y finanzas, que pueden variar según las necesidades de la organización. De esta manera, encontramos que:
Cada categoría a su vez, tiene un objetivo específico que ayuda a cumplir el objetivo general. Por ejemplo, en Recursos Humanos, el objetivo está dirigido al bienestar de los empleados, traducido en estabilidad, capacitación, recreación, compensación, entre otros. El objetivo principal del área de Mercadeo es lograr que sus clientes estén satisfechos con el producto o servicio. El área de Producción, está enfocada es que esta actividad se realice con la mayor calidad, al mínimo costo y en el momento oportuno. Para finalizar, el objetivo financiero, va ligado a los demás en la medida en que si éstos se cumplen se cumple también el financiero; es así como las prioridades de la empresa, más allá de obtener riquezas, son: generar ingresos, usar los recursos de forma eficiente y reducir los costos (García, 1999, p.4).
De acuerdo con lo que mencionan McWilliams y Siegel (2001) citados por Husted y Salazar (2005), los objetivos sociales hacen alusión a aquellos encaminados o dirigidos al bienestar de la comunidad cercana a la empresa y que trascienden los intereses económicos o productivos de las compañías. Un ejemplo de ello son las empresas de bienes y servicios de carácter público: transporte, educación, vivienda, agropecuarias, entre otras; las cuales invierten para prestar un servicio de calidad a las comunidades, sin que la rentabilidad sea su prioridad. En cuanto a las empresas de carácter privado, éstas deben cumplir con la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), que se traduce en “el compromiso que asumen las empresas hacia la sociedad en beneficio del desarrollo sostenible, es decir, es el equilibrio entre el crecimiento económico y el bienestar social” (Aguilera y Puerto, 2012, p. 5). Es por esto que, en la actualidad, las empresas tienen en cuenta los cuatro pilares del Pacto Global Red Colombia: derechos humanos, estándares laborales, medio ambiente y lucha contra la corrupción.